AGENCIA DE STREAMER TALENTGLAM

sábado, 21 de mayo de 2022

Que hace que un contenido sea viral...


  De SOYISABELROMERO  Por Isabel Romero

Existen grandes preguntas universales sin resolver: ¿Quiénes somos? ¿a dónde vamos? ¿de dónde venimos? y ¿Cuándo es viral un vídeo o un contenido? Aunque para las tres primeras cuestiones no tengamos la respuesta, quizá sobre la cuarta podamos arrojar un poquito de luz

¿Cuándo se considera viral un vídeo o contenido?

En términos generales, se considera que algo es viral cuando su popularidad es manifiesta, cuando se habla de ello tanto dentro como fuera de la Red, cuando se propaga como la pólvora, cuando llega más allá de un público determinado y cuando no se sabe dónde está el límite.

Realmente no existen unos criterios predeterminados para estipular cuándo un vídeo o contenido ya se puede considerar viral. No hay un baremo universal y la única respuesta, por cierto muy usada en el campo del marketing, sería «depende». Pero lo que sí podemos hacer, es definir nuestros propios objetivos de viralidad en función de los resultados que queramos obtener y de acuerdo a nuestras posibilidades.

No somos Coca Cola y no tenemos un presupuesto ilimitado y ni un súper equipo de creativos detrás pero algo podemos hacer.

¿Cómo medir la viralidad de un contenido?

Configura tus objetivos: Determina objetivos medibles y realistas. Si tu comunidad de seguidores está integrada por 100 personas no esperes impactar a más de 100.000 personas (aunque si tu campaña es muy buena podrías alcanzarlos; imposible no es). Lo mejor sería fijar un objetivo más real y multiplicar a tu comunidad por 3.

>> También puedes trazar un objetivo que vaya, no en relación al número de veces que se comparta el contenido, sino al aumento de tus fans o followers. <<

Cómo puedo hacer para viralizar mi vídeo o contenido

Usa todos los canales a tu alcance: la viralidad, para que empiece, hay que provocarla. Si realmente queremos aumentar la viralidad de nuestros contenidos o vídeos, tendremos que promocionarlos adecuadamente y compartirlos en todas nuestras redes sociales. Algo no se convertirá en viral si, primero, no tendemos todos los puentes para que ocurra. No esperes que nadie venga a llamar a tu puerta, ábrela y comparte.

SEOptimízate: Si tu contenido aparece en los primeros puestos de Google tendrás mayor número de etiquetas para que los usuarios entren y, si les gusta, lo compartan. Destina una partida de tu presupuesto (o reserva tiempo y esfuerzo) para SEOptimizarte.

No te olvides del boca-oreja, boca-boca o word of mouth : No separes tanto el mundo online del offline. Muchos de los vídeos más virales han sido recomendados por amigos en conversaciones en bares, en el entorno de trabajo, en la familia… Habla de tus contenidos, invita a tus amigos a que te den su opinión y a que compartan.

Crea algo innovador: La creatividad hará que seas diferente; recuerda que siempre hay otra manera de hacer las cosas. Hoy en día tenemos muchos estímulos y lo que se repite cansa. Crear algo diferente, original y con personalidad ayudará a que la gente se fije en ti y en lo que quieres compartir. Ésta es sin duda la mejor base para que algo se convierta en viral.

Cómo nace la viralidad

La transmisión debe ser como un virus, si has visto alguna película de Zombies esto te sonará.

Primeros infectados: El virus de la viralidad comienza en un foco o grupo pequeño. En esta fase es cuando hay que jugar con el marketing de influencers para conseguir que dentro de este foco tengamos a algún influencer que pueda hacer llevar nuestro contenido a más personas.

Fase de contagio: En esta segunda etapa, dependiendo del alcance de la primera, podremos ver hasta qué punto ha sido efectivo nuestro contenido y comprobar si el virus viral se está expandiendo. >> A mayor influencer en la primera fase mayor será el contagio. <<

Búsqueda de la vacuna: Si se ha logrado llegar a una masa crítica de personas e influencers, sólo queda esperar a que se descubrá la vacuna o el siguiente contenido viral.

Cuáles son los vídeos y contenidos más virales

Aunque la chispa de la viralidad puede saltar con lo que uno menos se espera, sí que tenemos referencias sobre los contenidos que más posibilidades tienen de ser compartidos.

El lado humano: Todos tenemos un corazoncito con una fibra sensible; intenta tocar esa tecla y emocionar.

Educativo: Otra característica del ser humano es su afán de superación y ganas de aprender. Seguro que hay algo en tu sector en lo que eres especialista, compártelo sin restricciones.

Sentido del humor: Al igual que todos nos emocionamos, también nos reímos. Todo aquello que crea una acción (la risa), genera una reacción (compartirlo).

Reality show: “Nadie ve los reality shows”, pero son los programas con mayores índices de audiencia. Nos gusta ver a la gente real, saber que hay detrás de una empresa, nos gusta ver a las personas reales más que a modelos o actores. Habla en primera persona, graba un vídeo con gente real… Generarás confianza, llegarás más, y esto tiene su recompensa a largo plazo. Y no te olvides de que muchos contenidos virales han nacido de situaciones muy reales, cotidianas y, en apariencia, simples.

Controversia: Reaccionamos ante lo que nos gusta, nos sorprende y nos hace reír, pero también ante aquello que nos desagrada y nos provoca indignación. La polémica también es un ingrediente fuerte de la viralidad.

Y tú, ¿Qué es lo que crees que hace que un contenido sea viral? ¿Cuál es el vídeo viral que últimamente más te ha impactado, bien porque te ha emocionado, te ha hecho reír o te ha indignado?

miércoles, 18 de mayo de 2022

¿Por qué ser popular en redes no es lo mismo que ser ‘influencer’?


 De EL TIEMPO  Por Felipe Riaño Jaramillo

Si ustedes le quitan YouTube, Instagram o Facebook a algunos influenciadores, ¿Qué les quedaría? Nada. Y ¿por qué? Porque gran parte de estos influenciadores llaman la atención con poco talento que sustenta un pobre contenido con el fin de valerse de unos cuántos ‘likes’ y ‘follows’.

Si bien Facebook fue la primera red social en volverse masiva a nivel mundial, se puede afirmar que Instagram y YouTube fueron sus precursores: se convirtieron en dos de los grandes pilares de las redes sociales y el mundo digital. El crecimiento de estas plataformas hizo que surgiera una nueva profesión para el mercado internacional y es la de los ‘influencers: un mercado que mueve, al año, alrededor de 1.500 millones de dólares 
gracias a los 20 millones de personas que trabajan en esto en todo el mundo.

POCO A POCO ESTA NUEVA FIGURA EMPIEZA A TOMAR MÁS Y MÁS RELEVANCIA EN EL MERCADO.

Las marcas ven en las redes sociales de los ‘influencers’ una manera de pautar sus productos y servicios de forma más orgánica y más económica que en los canales tradicionales. Las empresas buscan a estos generadores de contenido para grandes campañas publicitarias y ellos se convierten en un modelo a seguir para quienes sueñan con seguir sus pasos.

Pero 
¿Qué está pasando actualmente en el mercado de los influenciadores a nivel internacional?

Al volverse un tema de aspiración, muchas personas quieren ser influenciadores, pero, lamentablemente, gran parte de ellas no entienden la gran responsabilidad de conlleva esta labor.

"Un influenciador no se mide a través de los ‘likes’ o ‘followers’, sino por el efecto que tiene sobre su entorno y el poder de modificar el comportamiento de quienes lo rodean, sin depender de algún tipo de plataformas."
 

La conclusión es que 
las ganas de ser ‘influencers’ han hecho que se confunda ‘popularidad’ con ‘influencia’. El confundir ser ‘popular’ con ‘influenciar’ surgen los ‘pseudo-influenciadores’, quienes se dedican a compartir lo que denominamos como el ‘McContent’. Es decir, contenido de consumo rápido, facilista, ‘light’ y dañino para la salud tanto de las empresas como de las audiencias. 
Existen influenciadores que realmente sí generan réditos desde su profesión y con el uso de plataformas digitales, pero los ‘pseudo-influencers’ tienen mucha forma, aunque cero fondo.


Estos últimos tienden a disfrazar su poco talento y riqueza cultural e intelectual, con un contenido visual bastante atractivo y con un ‘look and feel’ que los haga lucir deseables y cercanos, logrando producir un alto nivel de popularidad.

Influenciar va más allá de postear por postear: la tendencia ha llevado a que los ‘pseudo-influencers’ hablen acerca de ciertos temas que están muy lejos de su profesión o experiencia.

Preocupa que los ‘pseudo-influencers’ brindan consejos de nutrición, sin ser especialistas en esa materia. 
O dan ‘tips’ sobre cuestiones psicológicas, emocionales, espirituales, entre otros temas, solo porque es tendencia, sabiendo que no son expertos. Y es que las audiencias, con su carencia de pensamiento crítico, sigan sus consejos y distorsionan la realidad de la virtualidad. Las personas deben entender que si desean seguir esta profesión tienen que cuidarse de caer en la ‘pseudo-influencia’, dado que se posicionan como el nuevo charlatán del siglo XXI.

Hay que comprender algo: los verdaderos influenciadores no tienen la necesidad de depender de plataformas digitales para su trabajo y, aún más importante, ellos siguen influenciando a la sociedad de manera responsable, sin perjudicar la salud física, emocional y/o espiritual de los otros.

Así que si usted desea convertirse en un influenciador, pregúntese: si las plataformas dejaran de existir, ¿seguiría siendo una influencia?